El próximo día 20 de noviembre se celebra el Día Universal del Niño, fecha en la que en el año 1959, la Asamblea general de la ONU aprobó los Derechos del Niño. Esta declaración legalmente no tenía carácter obligatorio, por lo que, no era suficiente para proteger los derechos de la infancia. Tras diez años de negociaciones con instituciones de todo el mundo, por fin se logró acordar el texto final de la Convención de los Derechos del Niño el 20 de noviembre de 1989, cuyo cumplimiento sería obligatorio para todos aquellos países que la firmasen.
El objetivo de este día es recordar a la ciudadanía que los niños son el colectivo más vulnerable, y por lo tanto, los que más sufren con los problemas del mundo. Este día nos recuerda que todos los niños tienen derecho a la salud, la educación y la protección, independientemente del lugar de la tierra en el que hayan nacido.
Los derechos del niño según la convención se pueden resumir en cuatro principios fundamentales:
- Los niños no deben sufrir discriminación.
- El interés de los niños debe de ser lo más importante cuando se tomen decisiones que le afecten.
- Todos los niños tienen derecho a la supervivencia y al desarrollo, esto incluye el derecho al bienestar mental y físico.
- Los niños tienen que expresar sus puntos de vista, y siempre tienen que tomarse en consideración sus opiniones en los temas que le afectan.
Hoy en día se sigue luchando porque estos principios, que en nuestro “primer mundo” ya consideramos fundamentales, sean considerados de igual modo en cada rincón del mundo.
Por eso quiero recomendar una película que, si bien la he recomendado en otra ocasión, no fue con el mismo sentido que ahora, ya que de una misma película o de un mismo libro, se pueden hacer diversas lecturas dependiendo del punto de vista con que se aborde.
Se trata de Oliver Twist, basada en la novela homónima de Charles Dickens, y que ilustra magistralmente el maltrato a la infancia.
La persona más miserable es la que utiliza su posición o su fuerza para aprovecharse de la debilidad o indefensión de otro, especialmente si éste es un niño. Esto es lo que muestra la película, que si bien está ambientada en el siglo XIX, sigue siendo un problema vigente en muchas partes del mundo, y nuestra misión, la de todos, es hacer que esto desaparezca y los niños gocen plenamente de sus derechos en cualquier rincón del planeta.
Esta cinta está dirigida por el maestro Roman Polanski que opta por mostrarnos el emotivo relato sin añadirle ningún tipo de artificio. Simplemente deja que la narración se desarrolle con sencillez, evitando que se note demasiado su mano y dejando que los propios contenidos del libro de Dickens se conviertan en los absolutos protagonistas de la película. El espíritu del texto original se mantiene intacto, especialmente en lo referente a denuncia social.
El equipo de realización aporta una gran vistosidad a la cinta, desde el vestuario, maquillaje y decorados al gran número de extras, etc. Es necesario hacer referencia también al reparto, sobre todo a un estupendo Ben Kingsley dando vida a Fagin, el viejo ratero de los suburbios de Londres que adopta niños y los convierte en ladrones para lucrarse.
Nos devuelve el sabor y el olor de lo clásico. Muestra tanto la carga emotiva como la sórdida. Se trata de una película con una magnífica ambientación y con un ritmo que no desmerece en absoluto a la historia.
Podéis encontrarla como siempre en nuestra biblioteca DVD PE 3421 Sigue leyendo →