Mañana celebramos la noche más terrorífica del año, Halloween, por este motivo hoy os he querido traer a un personaje que no precisa presentación, ya que forma parte de nuestra cultura popular, adquiriendo la categoría de «mito moderno», Frankenstein o el moderno Prometeo, de Mary Shelley.
«¡Cómo expresar mis emociones ante aquella catástrofe, ni describir al desdichado al que con tan infinitos trabajos y cuidados me había esforzado en formar! Sus miembros eran proporcionados, y había seleccionado unos rasgos hermosos para él. ¡Hermosos! ¡Dios mío!
«Su piel amarillenta apenas cubría la obra de músculos y arterias que quedaba debajo; el cabello era negro, suelto y abundante; los dientes tenían la blancura de la perla; pero estos detalles no hacían sino contrastar espantosamente con unos ojos aguanosos que parecían casi del mismo color que las órbitas blancuzcas que los alojaban, una piel apergaminada y unos labios estirados y negros. […] ¡Ah! No había mortal capaz de soportar el horror de aquel semblante. Una momia a la que dotaran nuevamente de animación no podría ser tan espantosa como aquel desdichado.»
Esta es la descripción que del monstruo hace su creador, Víctor Frankenstein. Es patente el horror que despierta en él. Ni en sus peores pesadillas concebía este despropósito, una criatura bestial, de casi 2 metros y medio de estatura.
Me gustaría contaros el origen de este ser sobrenatural: Mary Shelley se encontraba en Suiza pasando unos días con su pareja, el famoso poeta Percy B.Shelley, y el no menos famoso lord Byron, entre otros. Las inclemencias del tiempo eran propicias para la lectura de historias de fantasmas alemanas, y una noche lord Byron propuso a los allí reunidos crear una historia terrorífica. Ninguno de los presentes logró perpetrar esta tarea de manera exitosa, salvo Mary Shelley que legó a la humanidad una historia universal que se ha convertido en clásico.
Al contrario de la imagen que tenemos del «monstruo» por muchas de las adaptaciones cinematográficas, Frankenstein es un ser bastante inteligente. Además es muy sensible y emocional, anhela la compañía y el afecto y su único objetivo es compartir su existencia con otro ser dotado de sentimientos, semejante a él. Es muy elocuente y articulado, llegando a hablar y a escribir con gran corrección en francés. Admira la belleza. Tiene inclinaciones pacíficas, y aunque conoce el uso de la carne, prefiere alimentarse de raíces, bayas y nueces que encuentra por el campo, siendo vegetariano. Le gusta leer, entre ellos lee El paraíso perdido de John Milton, Las desventuras del joven Werther de Goethe y Las vidas paralelas de Plutarco. El continuo rechazo de que es objeto, lo hace convertirse en un ser solitario, amargado y vengativo. A pesar de eso, es continuamente atormentado por remordimientos, que lo diferencian de otros monstruos de la literatura gótica, como Drácula.
Además de novela gótica o de terror, Frankenstein también puede ser consideraba en ciertos aspectos como novela filosófica, ya que en sus páginas encontramos disertaciones sobre el bien y el mal, la ciencia, la evolución, el existencialismo
Frankenstein ha sido llevado al cine en numerosas adaptaciones, siendo quizás la más fiel al libro la dirigida por Kenneth Branagh en 1994 y con Robert de Niro como protagonista; sin embargo para nuestro imaginario, la figura de Frankenstein siempre irá unida al actor Boris Karloff, una figura imponente, de cráneo alto y aplanado, apariencia cadavérica y con unos peculiares tornillos en su cuello, que han quedado como un símbolo del personaje (aunque no se mencionan en el libro).
Además de las adaptaciones al cine (personalmente me quedo con la versión humorística de El jovencito Frankenstein), también se ha adaptado al teatro, al cómic y se han hecho series de televisión. En nuestras bibliotecas encontraréis numerosas de ellas, además de la obra original. Todo listo para pasar una gran noche de brujas.
(Fuente: Wikipedia y la obra)