Como todos sabéis, todas nuestras actividades quedaron paralizadas por culpa del Covid, pero poco a poco vamos retomando algunas, aunque sea con aforo reducido y nuevas pautas. Por ejemplo, vuelven las reuniones de algunos de nuestros clubes de lectura. En el del jueves (en la Biblioteca Francisco de Quevedo, Boliches) estamos leyendo Por el camino de Swann», de Marcel Proust, un libro nada sencillo que está gustando más de lo que a primera vista podría parecer. Es cierto que está resultando todo un reto, pues está muy alejado de la literatura comercial y mucho más ligera que estamos acostumbrados a leer hoy día. Su estilo es muy distinto, las frases son muy largas, hay una enorme carga de información, un vocabulario extenso y se tocan inmensidad de temas, tratados todos hasta el más mínimo detalle, llegando a ser abrumador. Y es que para leer a Proust no basta la voluntad, hace falta algo más. Pero bueno, después de varias semanas, ya le vamos cogiendo el paso.
Todos conocéis a Marcel Proust y habéis oído hablar de su «catedralicia obra», los siete tomos que componen En busca del tiempo perdido, y también habréis oído hablar de la famosa magdalena que mojó en te y que le trajo un sinfín de evocaciones. Y es que Proust constituye, junto a Franz Kafka, James Joyce y William Faulkner, un hito fundamental en la literatura contemporánea. Existen por supuesto numerosos estudios sobre él, cantidad de ensayos sobre su obra, además de estas siete novelas donde se vuelca absolutamente y que son la versión de su vida y las reflexiones que él nos quiere dejar.
Pero, como ya advertimos, no es una lectura fácil, por eso hoy os proponemos otro libro con el que acercaros a Marcel Proust: Monsieur Proust, de Celeste Albaret, criada del novelista desde 1913 hasta su muerte en 1922. Cuando entró a trabajar en la casa, Céleste era una joven recién casada de 21 años que acababa de llegar a París, proveniente de una zona remota del sur de Francia. Empezó como su mensajera, pero llegó a ser su ama de llaves, su confidente, su amiga y su enfermera hasta su muerte. Céleste pasó junto a Proust más tiempo que nadie. 50 años después de la muerte del escritor la editorial francesa Robert Laffont la convenció, a sus 82 años, para publicar sus memorias, profundamente conmovedoras, que revelan a un Proust humano, entrañable y cotidiano, alejando su figura de las patrañas que circulaban sobre el novelista. Nos descubre Celeste a un hombre singular y respetable, noctámbulo, que apenas se alimentaba de café, educado y extremadamente sensible. El libro trata sobre todo de los últimos años de vida del escritor y a través de sus páginas podemos constatar cómo progresivamente aumenta la obsesión de éste por terminar la novela mientras la vida se le va, hasta el punto de abandonar su importante vida social con el fin de entregar todo su tiempo a la escritura.
Pero dicho esto, es necesario hacer unas observaciones, Céleste Albaret era muy joven y se impresionó por su extravagante y exquisito señor, y lo fue mitificando a medida que lo veía enfrascado en su libro y que iba sabiendo lo que opinaban de él muchas de sus empingorotadas amistades. Nadie puede negar la calidez del texto y el conocimiento y la cercanía que ella atesora sobre Proust, durante sus charlas Proust le hablaba de su familia, amigos, personajes y de la obra que se trae entre manos y que, de algún modo, sabía o intuía que acabaría con su vida… Pero tampoco se puede ignorar su empeño en mostrar la cara brillante del espejo, hay otra parte que no muestra, quizás por desconocimiento, quizás por un anhelo de protección o quizás por su inmenso respeto hacia Proust. Dice que no quiere hacer de su seños un «santito», que no tendría sentido, pero que sí quiere, por las muchas falsedades que se han dicho, «restablecer su imagen».
Tenemos por tanto unas memorias que pueden leerse como una novela y que nos van a ayudar mucho a acercarnos a este escritor, una estupenda manera de conocerlo un poco más, y os aseguro que cuanto mejor le conozcamos, tanto más fácil resultará después la lectura de su obra.
Así que ya lo sabéis, si tenéis en mente leer a Proust, no estaría de más leer antes este Monsieur Proust de Céleste Albaret, que podéis encontrar en la Biblioteca Miguel de Cervantes de Fuengirola con la signatura N* ALB Cel mon. Ah, por cierto, la edita Capitán Swing, una editorial que nos está gustando mucho y a la que os invitamos a seguirle la pista.
Feliz lectura, nos vemos en las bibliotecas.
(Información tomada de la propia obra)