Hoy en nuestra sección un libro diferente, Los cinco y yo de Antonio Orejudo.
Lo primero que me llamó y atrajo la atención del libro fue el título. Para mí, que fui niña en los 80, Los cinco me remite a aquella serie de libros escritos por Enid Blyton, sobre una pandilla de adolescentes: tres hermanos, su prima y el perro (que funciona como un personaje más, de ahí que sean cinco y no cuatro), que no paraban de tener aventuras durante las vacaciones escolares. Yo era fanática de los libros, supongo que los heredé de mi hermano mayor; y siempre que pienso en mi primer acercamiento como lectora consciente, son estos libros los que me vienen a la cabeza. Con este precedente, ya tenía el libro el estímulo suficiente para llamar mi atención.
¿Y qué nos encontramos? Por un lado, tenemos al personaje principal, Toni (que entiendo que es el autor o un alter-ego del autor, ya que, además de nombre, comparten oficio y edad), que es un entusiasta de la serie; y por otro lado tenemos After five, la novela que Reig, amigo del protagonista, escribe sobre Los Cinco como personajes reales, más allá de las aventuras que les dieron a conocer a nivel mundial. Esta novela le da fama internacional, y Reig escoge a Toni para la presentación del libro en la Blyton Foundation. La novela comienza explicando el influjo que las aventuras de Los Cinco han ejercido en su generación, niños nacidos en los 60, para los que Enid Blyton es una de las pocas señas de identidad: «En un momento de aquella conversación entre los tres, Reig dijo con ese tono provocador que ya imprimía sus opiniones que James Joyce no nos representaba en absoluto a nosotros, sino más bien a nuestros hermanos mayores. Si hay alguien que constituye una verdadera seña de identidad para nuestra generación es Enid Blyton, dijo, porque ninguno de ellos ha podido leerla antes.»
¿Qué me ha parecido la novela? Pues al igual que las dos partes diferenciadas, mis sentimientos van acordes con las mismas; me quedo, sin lugar a dudas, con la parte «real», es decir con la parte en la que conocemos a Toni, sus circunstancias, su relación con el entorno y sobre todo, sus recuerdos de la infancia/adolescencia. Salvando la distancia de los años que nos separan del autor/personaje de mí, en muchos aspectos me he sentido identificada. Además de hacer todo un repaso de la historia de Los Cinco, de su escritora, que me ha servido para recordar muchas cosas que había olvidado, también hace un repaso de la España de la transición: «El camino seguido por España desde que Franco la espichara en el 75 tenía mucho en común con la trayectoria vital de aquellos cincuentones. Su adolescencia había transcurrido en paralelo a la adolescencia política del país. Las instituciones democráticas habían nacido al mismo tiempo que su vello púbico. Padecieron desequilibrios hormonales mientras el país sufría desequilibrios políticos; compartieron con él inseguridades, problemas de identidad, cambios de humor, depresiones y hasta intentos de suicidio. Habían llegado juntos a la madurez, y ahora se encontraban en la fase de desengaño.» Esta parte está salpicada de anécdotas, como la de los adelantamientos (pág. 58), en la que me he visto fielmente reflejada. Describe muy bien la España de la época: las tribus urbanas, las modas, la educación, la familia, el sexo, el ambiente universitario, la cultura: «A finales de los setenta las tres únicas vías de expresión artística que tenían los jóvenes de clase media eran las guitarras, la literatura y el cine», entre otras cosas.
En contraposición, la parte de After five me ha gustado un poco menos. «After five era una manera de pasar lista cuarenta años después: dónde está Ana, dónde están Jorge y Tim, dónde está Dick y, por último, donde está Julián». Entiendo que el autor de esta novela dentro de la novela ha querido poner a los personajes en la época actual: si la primera aventura de Los Cinco se publicó en 1942 y la última en 1963, estos niños/adolescentes eran adultos en la Inglaterra de los 80, y muchos de ellos vivieron la época del punk, las drogas…, pero no sé por qué, no me ha resultado creíble. Algunos de los personajes copian las características de amigos de Toni y Reig, como Julián (el mayor de los hermanos Barnard), que está inspirado en el amigo que cierra el trío, y que al igual que él, su rectitud produce tedio y sosería.
Salvando estos inconvenientes, en general la novela me ha parecido bastante buena. Hay una parte que tiene mucho de memorias, de novela autobiográfica, y a veces me ha costado distinguir la realidad de la ficción (en algunos casos he tenido que recurrir a Internet para comprobar la veracidad de lo narrado, como por ejemplo para saber si la Fiveday Festival de Polzeath que se celebra el 11 de mayo y reúne a los fans de Los Cinco, al igual que el Bloomsday en Dublín, existe [debo decir que no lo encontré o no supe encontrarlo]). Hablando de la autora, quiero hacer un apunte para decir que últimamente está de actualidad por la revisión que se está haciendo de su obra, y en la que se la tilda de racista entre otras lindezas, pero eso ya es otro cantar. Yo disfruté mucho con sus historias y me ha encantado volver a acercarme a Julián, Dick, Ana, Jorgina (Jorge) y Tim a través de este libro, y volver a ser una niña, aunque no es necesario ser fan de Los Cinco para acercarte a esta novela, así que desde aquí te animo a que la leas. Os dejo con un artículo sobre el libro.
https://elpais.com/cultura/2017/05/08/babelia/1494259920_223463.html
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