PIRULETRAS – Verdadera historia del perro Salomón

Estoy segura de que todos conocéis este cuadro:

Las Meninas, de Diego Velázquez

De esta obra se ha escrito muchísimo, y no en balde, pues cuenta muchísimas cosas, pero hoy no vamos a hablar de todo ello. Sólo quiero que os centréis en uno de los personajes representados: el perro.

Este perro se llamaba Salomón. Y su historia se la contaban a la infanta Margarita  para entretenerla y que posara tranquila. Se trata de un cuento que está entre la Historia y la Fantasía y que además nos acerca al Arte y la Literatura, con Diego Velázquez y Francisco de Quevedo como personajes secundarios de los acontecimientos.

No os asustéis, no voy a daros una clase de ninguna de esas asignaturas, pero no me negaréis que esa información les viene genial a los mayores para que sepan qué usos pueden darle a este libro, ¿a que sí?

A lo que íbamos: al perro Salomón.

Pues bien, hace algunos años la «Verdadera historia del perro Salomón», escrita por Miguel Fernández-Pacheco e ilustrada por Javier Serrano (Premio Internacional de Ilustración de la Fundación Santa María, 1999) llegó a nuestra Biblioteca y creo que es una historia que os puede gustar.

 

Cuenta, con un lenguaje que nos traslada a la época en la que pudieron ocurrir los hechos, la desventura sufrida por un criado de Francisco de Quevedo en la villa de Torre de Juan Abad, donde varias veces estuvo el poeta desterrado.  Este criado se llamaba Ginés, era tan galán como marrullero, y es nuestro protagonista.

• ¿Pero no íbamos a hablar del perro?
• Calla, no interrumpas, espera y verás.

Ocurrió que Ginés se enamoró de una chica bellísima que estaba muy lejos de su alcance. Un día, mientras la espiaba, Ginés se topó con un hada y le pidió un deseo: que le convirtiera en perro para poder estar con ella, pues ella amaba a los perros más que a los hombres. El hada le concedió el deseo, dándole además la fórmula para volver a ser hombre.

Y así, de pronto, Ginés dejo de ser hombre para convertirse en un perro llamado Salomón. Cuando se cansó de serlo, quiso volver a ser hombre, pero… No recordaba el hechizo. Tampoco le disgustó mucho la idea, pues comía allí como perro mejor de lo que comía antes como hombre. Y además estaba siempre cerca de su amada.

Para saber cómo acabó este perro en la Corte de Felipe IV tendréis que venir a por el libro, de momento sólo os puedo aclarar que Quevedo tenía relación con la Corte y con el Rey, relaciones que a veces eran regulares y a veces malas. Y que Velázquez también trabajó para la Corte. Y te diré además, y con esto termino, que finalmente la joven se enamoró de un hombre que no os podéis ni imaginar… ¡Qué cosas pasan a veces!

Encontraréis este libro en la Biblioteca Miguel de Cervantes de Fuengirola, con la signatura I-3 FER ver.

Disfrutad de la Semana Santa y aprovechad para leer un poquito, o mejor mucho, de lo que más os apetezca.