Hoy se celebra el “Día de Europa” en recuerdo de la denominada Declaración Schuman, en la que el ministro francés de exteriores, Robert Schuman, dio el primer paso para la integración de los estados europeos al proponer que el carbón y el acero de Alemania (entonces República Federal Alemana) y Francia (y los demás países que se adhirieran) se sometieran a una administración conjunta, impulsando la creación de la primera Comunidad Europea: la del Carbón y Acero, siendo por tanto el origen de la actual Unión Europea. La importancia de esta propuesta realizada en 1950, cinco años después de la rendición del régimen nazi y ante una Europa devastada por la II Guerra Mundial, radica además en que al someter las dos producciones indispensables de la industria armamentística a una única autoridad, los países que participaran en esta organización, encontrarían una gran dificultad en el caso de querer iniciar una guerra entre ellos. La conmemoración de esta fecha tiene lugar desde 1985, tras su aprobación por los Jefes de Estado y de gobierno reunidos en el Consejo Europeo.
Europa es la tierra prometida para millones de personas que huyen de la miseria, de las guerras etc. y buscan refugio en el viejo continente. Hoy día especialmente desde Siria, envuelta en una devastadora guerra que dura ya demasiados años, pero también desde otros países. Hace ya mucho tiempo que venimos contemplando cómo los desheredados del mundo pugnan por abrirse paso al primer mundo, arriesgando con ello su vida (perdiéndola en muchos casos). Por eso hoy quiero recomendar la película “14 kilómetros”, porque con ella debemos detenernos a pensar. El mundo está viviendo momentos muy difíciles, está convulso y hay millones de personas que sufren las consecuencias. Las consecuencias del hambre, de las guerras, del abandono más absoluto de sus gobiernos, que no saben, no pueden o no quieren poner remedio, y a veces también de la comunidad internacional que mira para otro lado mientras millones de personas viven sin esperanza.
14 kilómetros es exactamente lo que separa Europa del continente Africano, pero también son 14 kilómetros la barrera que separa los sueños de millones de personas que ven en occidente su única salida para escapar del hambre y de la miseria.
De la mano de tres de estos jóvenes africanos, Violeta, Buba y Mukela, recorreremos un largo y peligroso viaje a través del Sahara para conocer lo que nunca enseñan los medios de comunicación.
Las repetidas imágenes en televisión de cayucos llegando a las costas de Canarias o Andalucía han acabado por insensibilizarnos ante un drama que solo muestra la punta del iceberg. Esas imágenes de rostros exhaustos dan buena fe de la dureza del viaje, un viaje que tiene su origen a miles de kilómetros de distancia y que puede durar años.
Es la primera película española que gana la Espiga de Oro en el Festival de cine de Valladolid. Quizás el propósito del director al hacer esta película es mostrar, a través de éstos tres jóvenes el camino que hay entre la miseria del tercer mundo y la meta de alcanzar el mundo próspero y desarrollado. Todo lo que no vemos, lo que hay detrás de esos rostros desencajados que llegan en pateras a las costas españolas. La piel no se la juegan solamente en los 14 kilómetros que separan los dos continentes sino que durante los meses previos, su vida es un valor en constante peligro. El director acompaña a estos tres jóvenes a través de la dantesca odisea que supone el viaje, con un tono que pretende estar lo más cerca posible de la realidad. La magnífica música de la película suaviza la dureza del relato.
Las interpretaciones quizás adolecen de profesionalidad pues se ha trabajado con personajes autóctonos que para nada son actores, y eso se nota, ya que da la sensación de que están recitando un texto en lugar de interpretar un guion.
Si bien es cierto que el objetivo principal que busca el autor es enseñar la dureza del camino, es un acierto mostrar cómo las dificultades del mismo se multiplican durante todo el trayecto en el caso de la mujer. La prostitución se revela como una amenaza constante de la que es difícil escapar, aunque también se pone de manifiesto la solidaridad, el afecto y el compañerismo. En definitiva la invariable dualidad del ser humano.
La película vuelve a abordar temas ya presentes en el cine contemporáneo, como los muros levantados por el primer mundo, las abismales diferencias entre ricos y pobres, y las diferentes formas de supervivencia que, con desesperación buscan para saltar esos muros y eliminar esas diferencias.
También tiene valor por mostrar de forma estremecedora toda la belleza del paisaje unida a su terrible dureza.
Hoy día, este problema no se circunscribe a esos 14 kilómetros sino que se ha generalizado de forma brutal y en casi toda Europa existen estos puntos en dónde se hacinan millones de nómadas que, con desesperación emprenden este estremecedor viaje huyendo de la miseria y en busca de una oportunidad para sobrevivir arriesgando como ya dije al principio, su propia vida. Y es que la vida tiene un valor muy diferente dependiendo del sitio en dónde te haya tocado nacer.
La podéis encontrar en nuestra biblioteca DVD PE 4002